El jueves anterior al Carnaval, en la mayoría de los pueblos de la Quebrada, se celebra el “Topamiento” o “Tincunacu”  (encuentro) donde se establecen lazos de solidaridad y respeto de por vida entre comadres (la madre y la madrina de un niño). Las mujeres de la región demuestran sus habilidades de contrapunto en ruedas de copleras  y en la elaboración de la chicha, como preparativos previos al Carnaval.

Las participantes parten de sus casas con ramas de albahaca en las manos y en la oreja, cajas para coplear y jarras de vino y chicha; seguidas más tarde por sus familiares y vecinos que luego se suman al festejo. Bajo dos arcos de cañas o cerca de un mojón, las comadres se abrazan, topan sus frentes y la madre le entrega a la comadre su ahijado, mientras los demás participantes de la ceremonia se arrojan papel picado y harina hasta quedar “blanqueados”. La celebración se extiende hasta el amanecer con copleadas, música y abundante chicha y vino.